domingo, 12 de noviembre de 2017

TODOS LOS DÍAS SON NUESTROS

Publicado por Lucky en 20:32
La historia comienza con la idea general de Emiliano y María, conocidos como pareja, no como dos personas. Es lo que pasa siempre que tienes una relación muy larga, dejas de ser tú para ser de alguien. Con alguien.

Todos los días son nuestros es contado desde la perspectiva de María, una mujer de 30 años que, tras 10 años de seguridad, se separa de Emiliano, su pareja desde los 20. Quizá un poco más si contamos que se conocieron a los 15 y a partir de los 16 comenzaron a tontear...así que, fueron muchos años. María va dando bandazos tras la separación, y pasa de todo lo que puedan imaginar que una persona puede hacer tras un rompimiento abrupto. Normal. Entendible. Desde la indiferencia hasta casi rogar. 

Por lo demás, quiero comentarles que me ha encantado la historia porque hay descubrimiento, aceptación, y es que en el plano emocional me abandoné a ello y me encantó la forma en la que me tocó, porque necesitaba algo que me despertara, palabras que me recordaran lo que era perderse y volver a encontrarse. Por otro lado, en el racional, reconocer que al perder o desilusionarte de alguien, en cualquier rubro de la vida con la que rijan su vida, y que comiences a notar (y aceptar) las cosas que te molestan o afectan de alguna manera te enseña a dejar de justificar, haciéndote crecer a ti. Haciéndole entender al otro (bueno, a veces, hay personas muy tercas jaja) 

Pues sí, eso ha sido lo que en principio puedo pensar que me hizo bien al leerlo. 

«El pasado se valida solo, sucediéndonos todo el tiempo. No hay que huir de él ni regocijarse en extrañar lo que nos fue quitado. Pase lo que pase, todo pasa al mismo tiempo»

La mayoría de los personajes de la historia me gustaron, y aunque con María tuve algo de conexión al final, no ha sido mi favorita, lo ha sido Carmen, su mamá. Quien la hizo "librepensadora", la que abrió su puerta a altas horas de la madrugada para recibir a su hija con una calma que solo las mamás parecen tener. Aquella mujer que, aunque se despedía mil veces, seguía platicando con María mientras tomaban café, té, o comían alguna aperitivo.  

«Todo se arregla con el tiempo. Eso, o deja de importar»

Luego, Roberta y Paloma. Me ha encantado lo que cada una de ellas significa para María, y lo que a todas luces, María significa para ellas. Ambas, en dos puntos distintos de su vida terminan unidas para sacar adelante en un momento tan profundo de dolor para Mari. Entonces, sí, la belleza del amor de madre, el de la fuerza de la amistad, y la superación de una ruptura y una perdida hicieron de María una mujer dispuesta a vivir y disfrutar, a luchar. En sí, una mujer entera al final de la historia. Todo perfecto.

«Lo bueno de las amistades largas es que es difícil que el tiempo les pase por encima»

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