PERFECTOS

Perfectos concluye esta bilogía con un ritmo trepidante y cargado de momentos llenos de angustia y desesperación donde veremos la lucha diaria de los personajes para que los dejen vivir en paz. 

Esta novela es una carrera contra reloj donde se buscan los principios básicos: amor al prójimo, respeto, bondad y humildad.

En la primera entrega se nos presenta una sociedad donde si una persona no cumple con ciertas normas, el tribunal tiene la capacidad de marcarlos y con ellos cambiar sus vidas para siempre, pues dejarían de ser perfectos para ser imperfectos, justo lo que le pasó a nuestra protagonista. Celestine no pudo evitar ayudar a un hombre mayor que se encontraba mal aun sabiendo que él era imperfecto. Este simple detalle de generosidad y humanidad cambió la vida de la joven para siempre.

Comenzamos la segunda entrega escondiéndose, pues en su poder está el arma capaz de hacer temblar los cimientos de ese cruel tribunal. Celestine tendrá que jugar bien sus cartas y confiar en las personas adecuadas será vital para conseguir sobrevivir. Poco a poco, irá descubriendo el verdadero mundo al que se enfrenta un imperfecto y cada detalle la irá haciendo fuerte y decidida: va a cambiar las cosas y su determinación la convierte en un icono a seguir. Una pincelada de esperanza para conseguir la libertad.

“Para que alguien gane, otro tiene que perder. Pero para que esa persona tenga algo que ganar, para empezar tiene que haber perdido algo.

La ironía de la justicia es que los sentimientos que preceden al triunfo y los que lo siguen nunca son del todo justos y equilibrados.

Ni siquiera la propia justicia es perfecta.”

En esta segunda entrega vemos a una Celestine más adulta, más decidida y que, por fin, es capaz de comprender lo que en realidad está ocurriendo. Adoré su determinación a la hora de tomar riesgos y su prudencia en algunas acciones. Es una joven inteligente y lo demostrará en toda la novela. Como protagonista masculino tenemos a Carrick, un joven que me dejó muchas dudas en la primera novela. Aquí lo conoceremos a fondo, sabremos de su pasado, comprenderemos su forma de actuar y nos enamoraremos de él al igual que nuestra protagonista.

La trama amorosa es bonita y nos deja algún que otro momento de tranquilidad, aunque no es el eje en el que gira la historia. Desde el primer libro creemos percibir que tendremos un triángulo amoroso juvenil, pero este apenas llega a desarrollarse. Celestine tiene dudas, las típicas de una chica joven que experimenta el amor. Sin embargo, el lector la conoce tan a fondo que sabe mejor que ella el rumbo que tomará su corazón.

El ritmo de Cecelia Ahern es increíble, correremos de un lado a otro con los personajes sintiendo en temor en cada una de las páginas. Los escenarios están perfectamente planteados, seremos capaces de respirar cada olor, de sentir la angustia que experimentan y de plantearnos absurdas soluciones con tal de ayudarlos. Pese a la cantidad de descripciones que encontramos y del grosor del libro, la novela volará en nuestras manos en apenas un suspiro. 

Saborearemos cada frase, nos replantearemos cosas cotidianas en las que no solemos pensar y amaremos la imperfección del ser humano. Lo que esta autora consigue es hacernos amar la vida y a las personas que la formamos simplemente por eso, por ser personas.

“«Una mala hierba no es más que una flor que crece en el lugar equivocado.»
No lo digo yo, sino mi abuelo.”