Una tarde, Mandy decide contestar el anuncio que otra chica —Tracey— publica en una revista, y las jóvenes, ambas de 16 años, se hacen amigas por correspondencia. Poco a poco, Tracey y Mandy comparten no sólo los pormenores de su vida diaria, sino sus esperanzas y miedos más profundos. Sin embargo, tras algunos meses de escribirse, Mandy detecta ciertas inconsistencias en las cartas de su amiga, y comienza a sospechar que Tracey no es quien dice ser.
Tras leer la sinopsis, es probable que pienses lo que pensé yo "bah, otro libro sobre los culebrones de dos adolescentes. Seguro que se hacen amigas, pelean, hacen las paces, se conocen de verdad y se convierten en mejores amigas". Pues no, andaba muy equivocada. Es un libro de todo, menos clásico. Es más, casi peca por original.
Ahora, tras leer mi comentario,es probable que hayas vuelto a leer la sinopsis, y te haya llamado la atención lo de "Mandy comienza a sospechar que Tracey no es quién dice ser". tras leer eso, yo pensé "bah, seguro que es un chico y cuando se conocen se enamoran y bla, bla, bla". Pues no. Me había equivocado de nuevo. Esta historia no sigue ninguna línea establecida.
Me ha gustado mucho lo definidas que son las personalidades de las protagonistas, aunque está mejor la de Tracey en la segunda parte del libro. También el realismo de las cartas es muy vivído y casi parece de verdad. Me encantaron detalles como que a veces se olvidaran de responder algo de las cartas (a propósito o sin querer) porque sino, hubiera quedado demasiado esquematizado. Muy "pregunta/respuesta".
Otro detalle que me gustó, fue la redacción escrita por Tracey sobre su abuela. El final es precioso. Aunque habla tan bien de la redacción que yo esperaba algo más largo o profundo. Aún así, me encantó.
Creo que ha quedado claro mi protagonista favorita: Tracey. Su vida es más interesante, y ella, como personaje evoluciona mucho a lo largo de la novela. En cambio Mandy, es demasiado estática. Nos cuenta su vida (la clásica de una adolescente pero sin entrar en demasiados detalles) y lo de su hermano, hecho al que creo que debería dar más importancia en sus cartas, pese a lo que piensa Tracey sobre ello.
Lo que me ha faltado, ha sido una pizca de amor. Y de humor. Y de acción. En este libro no encontrarás nada de eso. Es un libro dramático, sobre la vida, sobre las reflexiones, dudas y miedos de cualquier adolescente, pero de forma en que no aparezcan más personajes que dos chicas que no se conocen. Afortunadamente, no tenemos los rollos de chicos de por medio, algo que tras tanta literatura juvenil romántica, me ha dejado dar un respiro.
Tras el final, he quedado boquiabierta, pero no por ser sorprendente, sino por ser un final tan abierto. Deberíais haber visto mi cara. he tardado varios minutos en reaccionar. Termina así, en seco. Cuando todo empezaba a ir bien...¡bam! Y con miles y miles de preguntas sin responder. Al principio, tenía pensado poner a caldo la novela en esta reseña, pero tras una tarde de reflexión, me lo he pensado dos veces. Que una novela tenga un final abierto no tiene porque ser algo malo. No es que al autor no se le haya ocurrido nada, sino que quiere dejarlo todo a nuestro aire. Quizás hizo bien. Yo esperaba un final impactante, y lo cierto es que no se me ocurre ninguno (que no sea disparatado) que haya despertado tanto mi interés como este. Claramente, se trata de un tomo único, pero aún así...he decidido que lo de finales abiertos, no es lo mío.
En resumen, es un libro corto y de lectura ágil, que no es nada del otro mundo, pero no creo que se deba pasar por alto, con un final muy abierto y toda una caja de sorpresas.
0 comentarios:
Publicar un comentario