viernes, 20 de marzo de 2015

HISTORIAS DE MUJERES

Publicado por Lucky en 14:16
A Rosa Montero le gustaría parecerse a George Sand, símbolo de pasión "y de vida intensa hasta el final", y le parecen abominables Laura Riding, la desequilibrada amante de Robert Graves, o Aurora Rodríguez, que asesinó a su hija Hildegardt. 
A través de 15 personajes muy diferentes, la escritora y periodista refleja una parte de la historia clandestina de las mujeres y sus esfuerzos, muchas veces trágicos, para liberarse de la norma social masculina. Los relatos biográficos, publicados en El País Semanal, aparecen ahora ampliados en un volumen titulado Historias de mujeres (Alfaguara).
A la afirmación de que detrás de cada, gran hombre siempre hay una gran mujer (o una mujer asombrada), ¿podría añadirse que detrás de cada gran mujer siempre hay un miserable? "Muchas veces sí", comenta Rosa Montero, uno de cuyos perfiles biográfico-periodísticos corresponde a María Lejárraga, que le escribía las obras a su marido, el célebre dramaturgo Gregorio Martínez Sierra. 
Éste se llevó la fama sin el menor asomo de pudor, se hizo amante de la primera actriz de su compañía, Catalina Bárcena, y nunca se atrevió a abandonar a María Lejárraga "por razones evidentes""Lo increíble es que María aguantó, escribía en silencio para Gregorio y le compartía en silencio con Catalina", escribe Rosa Montero, que ha observado una cosa "tremendamente inquietante": "cómo se repite una y otra vez el que la mujer construye su vida en el deseo del otro y no en el suyo propio". Montero no conoce las respuestas a los juegos patológicos y perversos que se crean en las relaciones, pero en el caso de sus biografiadas se dio cuenta de que sus experiencias y amoríos, desde el siglo. XVIII hasta bien entrado el siglo XX, fueron mucho más difíciles que las que se viven ahora. 
Otro de los rasgos que Rosa Montero observó en varios casos es el de mujeres que convivieron con "hombres debilísimos, que quizá siquiera les dejaban hablar en una cena y les permitían la posibilidad de ser personas".
El libro incluye perfiles de mujeres "terriblemente malvadas", como Laura Riding y Aurora Rodríguez, "dos personajes repugnantes. Cada uno enloquece de su propia locura, y hay locos dulces que sólo se hacen daño a sí mismos y otros que sólo hacen daño a los demás".

Tristes y alegres.
Entre las biografías más trágicas figuran las de la escultora francesa Camille Claudel, amante de Rodin, y la de la escritora suiza muerta en Argelia a los 27 años Isabelle Eberhardt. Pero Rosa Montero explica que no todas las mujeres reflejadas en el libro tuvieron vidas tan desgraciadas. "Ni Sand ni Agatha Christie, ni Margaret Mead ni Simone de Beauvoir. Ni siquiera las hermanas Brontë". Incluso una vida tan oscurecida por el marido como la de María Lejárraga acaba brillando porque ella "tenía una capacidad enorme para ser feliz".
Montero explica que en los siete folios en los que tenía que comprimir para El País Semanal cada biografía intentó captar el "perfil sustancial" de esas mujeres, buscando "dónde estaba su agujero negro". Al abordar a los personajes del libro, que ayer se presentó en Madrid, Rosa Montero tuvo la sensación como escritora de que la serie era tan apasionante como una novela. Elegidas de manera arbitraria, las mujeres retratadas son aquellas cuyas biografías o diarios impactaron a la periodista por algo en especial.
"Me paré en 15 porque me agoté", comenta Rosa Montero, cuya conclusión es que la realidad oficial, "la normalidad", es mentira. "Las vidas singulares van en contra de los valores habituales, lo que significa que esos valores habituales no son ciertos. La intimidad siempre transgrede la normalidad en alguna medida". Montero escribe en su libro que media humanidad, "la parte femenina, ha vivido durante milenios una existencia a menudo clandestina y en gran medida olvidada, pero siempre mucho más rica que la norma social en que estaba atrapada, siempre por encima de los prejuicios y los estereotipos".
Además de los personajes citados, el libro incluye las historias de Frida Kahlo, que a los 18 años empezó a pintar por aburrimiento, tras el horrible accidente que le machacó la pierna, le rompió la espalda, le perforó el vientre y la condenó a una vida de enfermedad y convalecencias; Mary Wollstonecraft, autora, en 1792, de Vindicación de los derechos de la mujer; Zenobia Camprubí, la mujer de Juan Ramón Jiménez; Lady Ottoline Morrell, mentora del grupo Bloomsbury, pacifista y amante de Bertrand Russell, y Alma Mahler, mujer del compositor, amante de Oskar Kokoschka y mujer de Walter Gropius.

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