Desde el grito catártico, ¡Hijos de perra!, hasta el repaso puntual de nombres, fechas y hechos que han modificado el perfil histórico de México, Rafael Loret de Mola apuntala su posición de periodista independiente, incontrolable a decir de los cancerberos del sistema, y eleva el tono de su voz.
El autor se justifica: “¿Qué hacer cuando, a despecho de infinidad de cuestionamientos jamás respondidos, un ex gobernador ligado al narcotráfico se asume como precandidato presidencial? En idéntica perspectiva, un personero de la peor mafia de nuestro tiempo viola la constitución y se reelige; y otros más, protegidos siempre por el gran poder contemporáneo, sólo sonríen cuando son descubiertos. Cada uno, en su esfera, recibe a diario la bendición presidencial, ¿pero merecen ser tratados con la consideración de los eufemismos?”
En esta obra, acaso la más descarnada de cuantas ha entregado el autor político con más ventas en el país -medio millón de ejemplares así lo demuestran-, también la de mayor vigor y hasta verbalmente violenta, nadie que lo merezca escapa a la denuncia, con nombres ciertos, conocidos, y sobre hechos incontrovertibles, probados.
Descubra en dónde radica la fuerza de la influyente “cofradía de la mano caída” y encuentre la complicidad de financieros, ex mandatarios, juniors y hasta militares y religiosos. Pero lo irreverente sería eludir la verdad sin animarse a dar vuelta a la primera página del libro que tiene usted en sus manos.
Loret de Mola solicita la venia de sus lectores; también su solidaridad. Y expresa: “Asumo los riesgos porque confío en que la crítica ya no es clamor perdido en el desierto. Les pido que no me dejen solo”.
Anímense a enterarse por qué.
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