
Su única defensa será el testimonio sin fisuras de su
anciano abuelo, que revelará una brutal historia de intriga,
sometimiento, erotismo y venganza, de la que amos y criados son a la vez
testigos y protagonistas.
En una época en que la Guerra Civil hizo
jirones la existencia de vencedores y vencidos, el relato de un viejo
alfarero que no se rinde a la injusticia abrirá heridas aún sin
cicatrizar y cuestionará los regios cimientos morales de la aristocracia
rural española
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