
Durante veintiocho días, los Lutz experimentarán una serie de extraños sucesos tanto en la casa (frío glacial, viscosidades en las paredes, ventanas arrancadas del quicio, puertas que se abren y se cierran, dinero que desaparece) como en ellos mismos (presencias invisibles que los tocan, levitaciones, cambios de carácter…), presumiblemente de naturaleza demoníaca, que irán haciendo insoportable su permanencia en la casa.
De igual modo, el padre Mancuso, que bendijo el nuevo hogar de los Lutz cuando comenzaron a vivir en allí, padecerá en sus propias carnes la diabólica influencia de algo sobrenatural e inexplicable.
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