
Menorca, Madrid, Barcelona, Copenhague…, ningún lugar es demasiado lejos si hay que acudir en ayuda de la callada Lía para que acepte la muerte de su hija mayor y librarla por fin de la culpa que no la deja vivir, o de la arisca Flavia, para que apueste por su propia felicidad en el otro extremo del mundo y conozca por fin un amor que la haga grande.
Nada ni nadie será capaz de poner freno a la inconmensurable Mencía cuando, sacando fuerzas de flaqueza, decida salvar a su nieta Inés de un triste final y la recupere para la vida, ni cuando se empeñe en labrar para Bea y su pequeña Gala un futuro mejor por el que nadie parece apostar.
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