EL LABERINTO DE ORO

En la noche de Todos los Santos, durante el transcurso de una cena de gala en el Gran Teatro del Liceo, el arquitecto Gabriel Grieg es conminado a saldar una deuda que había contraído con un decrépito anciano.

Con profundo estupor constata que el contrato que firmó enmascaraba entre sus cláusulas un delirante pacto con el diablo. Para intentar saldar su deuda se aliará con una cautivadora y misteriosa mujer llamada Lorena, que está empeñada en encontrar una portentosa joya cuyo valor radica en el material del que está fabricada, al parecer auténtico oro alquímico. Sin embargo, hay algo más: la joya tiene relación con una serie de asesinatos perpetrados por un monje bibliómano en la Barcelona del siglo XIX.

La novela transcurre en un plazo de cuarenta y tres horas, y la acción, que se inicia en el zlatá ulika o Callejón del Oro de Praga, continúa en Barcelona, que se transforma en un gigantesco laberinto transitado por sus dos protagonistas, que en su fascinante aventura se adentrarán en la cuidad hermética para seguirle el rastro a una persona que es la viva encarnación del Mal. 

El laberinto de oro oculta entre sus páginas un maravilloso secreto y nos conduce hacia un lugar donde los mitos y la Historia, el plomo y el oro, la vida y la muerte parecen fundirse en un territorio ignoto en el que es ilusorio pretender no sentirnos fascinados por su embrujo.

Por este laberinto iremos descubriendo algunos de los populares rincones de una Barcelona oculta y esotérica, como, por ejemplo, La Font del Gat, el Teatro Griego, la nave-pez de Monturiol, la Iglesia del Pi o el Cementerio de Poblenou. Franciso J. de Lys nos irá mostrando los arcanos históricos y culturales de la Ciudad Condal. De esta forma, el autor convierte a su ciudad natal, la capital catalana, en el personaje principal de la novela.