
De acuerdo con lo que dice Mila Vasquez -la protagonista de Lobos, investigadora especializada en personas desaparecidas- los asesinos en serie “se dividen en cuatro clases: visionarios, misioneros, hedonistas y buscadores de poder… Pero hay una quinta categoría: los llaman asesinos subliminales”. Son los encargados de despertar el lado oscuro que cada uno de nosotros tiene oculto en su interior, y capaces de hacer que otras personas cometan atrocidades insospechadas.
Lobos narra un caso perturbador: el criminólogo Goran Gavila y el equipo de homicidios halla enterrados los brazos derechos correspondientes a una serie de niñas que habían desaparecido de la ciudad donde transcurre la historia. Pero hay un detalle: las niñas eran cinco, los brazos son seis. Una vez encontrados los cuerpos de las primeras cinco víctimas, Goran y el equipo continúan buscando a la sexta, a la que creen aún viva. Pero Goran y Mila sin darse cuenta se ven envueltos en el plan macabro de una mente despiadada.
Carrisi, especialista en criminología, se propone revelar a través de Lobos el mal que cada uno lleva escondido dentro de sí, y advierte a sus lectores: “Quien afronte la lectura de este libro se verá reflejado en la historia
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