
Cleopatra ama la política y a su país, al que protege y enriquece ayudada por sus amores con los más poderosos hombres de Roma: César primero y después Marco Antonio, cuya muerte la conduce al suicidio en el año 30.
A caballo entre la historia y el mito, Edith Flamarion traza el retrato de una personalidad fascinante en el crepúsculo del Imperio egipcio.
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