Aquí se cuenta una de las batallas en la vida de un hombre que solía despertarse, casi siempre, en un lugar diferente del que originalmente había elegido para dormir.
Tenía este extraño hábito porque más de la mitad de su vida adulta, 17 años de los 30 que vivió antes de sumarse a una revolución, había estado fuera de la ley; había sido prófugo de la justicia, bandolero, ladrón, asaltante de caminos, cuatrero. Y tenía miedo de que la debilidad de las horas de sueño fuera su perdición.
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