La historia comienza con Ahriel dirigiéndose a Aleian, la Ciudad de las Nubes, lugar donde habitan todos los ángeles. Allí habla con el Consejo Angélico, y les plantea un serio dilema para los de su especie: se propone abrir las puertas del infierno, lugar donde Marla ha decidido pasar sus vacaciones, y preguntarle en persona dónde se halla Gorlian. Frente a las autoridades, nuestro ángel se excusa de querer salvar las vidas de muchas personas inocentes, que han sido encerradas por error; pero lo que de verdad desea con todo su corazón, es recuperar a su hijo perdido, al hijo que abandonó nada más nacer.
Cuando todavía era la Reina de la Ciénaga, había decidido abandonarlo a su suerte, temiendo que pudiera llegar a vivir algún día las desgracias de aquel mundo infame en el que la habían desterrado, y durante su estancia en Gorlian, prefirió pensar que no había sobrevivido. Ella creía que moriría en aquel lugar, sin poder disfrutar siquiera de una última visita al mundo del que provenía; pero se equivocó. Aunque hubiese sido por un engaño del malévolo hermano de Bran, Ahriel salió viva de Gorlian. Y desde entonces no paró de rememorar el error que había cometido. Ahora que sabía cómo salir de la bola de cristal, pretendía recuperar a su hijo, y mantenía firme la esperanza de hallarlo con vida.
Pero no fue aquello lo que le contó a los miembros del Consejo. Ellos jamás aceptarían correr el riesgo de destruir el mundo a base de demonios, por un simple hijo mestizo. Así que Ahriel se las ingenió para sonar creíble a la hora de narrar los hechos ocurridos en Gorlian, saltándose la parte de Bran y todo lo relacionado con él. El Consejo angélico, formado por ocho miembros, tuvo que deliberar si permitían o no a aquél ángel al que habían privado de sus alas, entrar en el infierno, interrogar a Marla, y salir de allí sin incidentes. Ubanaziel, el único ángel que había visitado el infierno y había regresado para contarlo, se negó rotundamente en un principio. Pero cuando vio que sus compañeros habían aceptado esa locura que Ahriel llamaba "propuesta", no le quedó más remedio que hacer las cosas como es debido: él mismo acompañaría a la Reina de la Ciénaga a las entrañas del infierno.
Y así comienza la historia de Ahriel y Ubanaziel, dos intrépidos ángeles que vuelan al infierno en busca de una joven reina, practicante de la magia negra, para interrogarla acerca de una bola de cristal que contiene una prisión en miniatura en su interior. (Dicho así...)
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