De manera retrospectiva -el inicio de la novela recoge el desenlace fatal de la protagonista- el autor pone en la pluma del narrador omnisciente la turbulenta biografía de Rosario Tijeras, el arquetipo de una de las tantas pandilleras que delinquen en las Comunas de Medellín.
Se trata de una aventura narcoterrorista, narrada desde los pasillos de un hospital en el que se encuentra Rosario Tijeras debatiéndose, perforada por las balas, entre la vida y la muerte. Pasando la noche en vela, a poca distancia de su habitación, se encuentra su incondicional amigo y amante, evocando, mientras amanece, las múltiples aventuras que compartió con ella.
Con la típica idiosincrasia de una pandillera, Rosario ejerce un verdadero liderazgo entre sus colegas, especialmente entre los que tiene más cerca, a pesar de ser jóvenes de clase social alta y con recursos económicos que han facilitado su educación.
La pluma del autor presenta, de manera descarnada, lo que sucede en el diario vivir de una Comuna, en el aspecto social, económico, moral, afectivo y familiar,
valiéndose de una jerga y de un vocabulario que hacen sentir al lector como un
espectador de lo que allí sucede. Se excede en la crudeza para describir los comportamientos sexuales de los protagonistas. La ausencia de respeto, dignidad y recato en este campo constituyen una prueba más de que el actuar instintivo es una constante en el ámbito en el que transcurrió la biografía de Rosario Tijeras.
Se trata de una aventura narcoterrorista, narrada desde los pasillos de un hospital en el que se encuentra Rosario Tijeras debatiéndose, perforada por las balas, entre la vida y la muerte. Pasando la noche en vela, a poca distancia de su habitación, se encuentra su incondicional amigo y amante, evocando, mientras amanece, las múltiples aventuras que compartió con ella.
En la novela todo concurre a ambientar el mundo de Rosario Tijeras, desde la
etimología de su apellido –cargado de actividad- pasando por el anonimato de su
progenitor, la personalidad de su supuesta mamá, la topografía urbano-rural de las Comunas y el ambiente de intriga, droga, sexo, venganza y ánimo de poseer no importa a qué precio. Allí se dan todas las paradojas: matar con balas pasadas por agua bendita y el escapulario de la Virgen del Carmen enredado en las manos y en los tobillos de los sicarios, para que la puntería acierte y el paso sea decidido. Amor a María Auxiliadora, al Divino Niño y culto al diablo.
El plano sensible de la protagonista es acentuado al máximo por el autor, en detrimento de su razón y de su voluntad. Su comportamiento muestra un cuadro de pasiones que se desencadenan al ritmo del instinto, en un vaivén de contrarios: amor y odio, ternura y salvajismo. El rencor y la venganza son los móviles que determinan su audacia y su crueldad, su capacidad de afrontar los más altos riesgos sin miedo a perder la propia vida y sin miedo para ser el instrumento para poner fin a la de otros.etimología de su apellido –cargado de actividad- pasando por el anonimato de su
progenitor, la personalidad de su supuesta mamá, la topografía urbano-rural de las Comunas y el ambiente de intriga, droga, sexo, venganza y ánimo de poseer no importa a qué precio. Allí se dan todas las paradojas: matar con balas pasadas por agua bendita y el escapulario de la Virgen del Carmen enredado en las manos y en los tobillos de los sicarios, para que la puntería acierte y el paso sea decidido. Amor a María Auxiliadora, al Divino Niño y culto al diablo.
Con la típica idiosincrasia de una pandillera, Rosario ejerce un verdadero liderazgo entre sus colegas, especialmente entre los que tiene más cerca, a pesar de ser jóvenes de clase social alta y con recursos económicos que han facilitado su educación.
La pluma del autor presenta, de manera descarnada, lo que sucede en el diario vivir de una Comuna, en el aspecto social, económico, moral, afectivo y familiar,
valiéndose de una jerga y de un vocabulario que hacen sentir al lector como un
espectador de lo que allí sucede. Se excede en la crudeza para describir los comportamientos sexuales de los protagonistas. La ausencia de respeto, dignidad y recato en este campo constituyen una prueba más de que el actuar instintivo es una constante en el ámbito en el que transcurrió la biografía de Rosario Tijeras.
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