LOS QUE VOLVIERON

Los que volvieron se inspira en un hecho real. En 2003 un grupo de alumnos de una escuela santafesina llevó a cabo una investigación sobre dos NN enterrados en el cementerio local. El informe llegó a organismos de derechos humanos y, gracias al trabajo del equipo de Antropología Forense, se estableció la identidad de la joven pareja de militantes. Él era francés y ella, mexicana, ambos desaparecidos y asesinados por las fuerzas de represión durante la última dictadura militar. 

Inspirada en un hecho real, Márgara Averbach aborda en "Los que volvieron" la historia de un grupo de adolescentes que inició una investigación para dar con la identidad de dos jóvenes extranjeros desaparecidos en la última dictadura cívico militar, pero sin ceñirse a la realidad, sino reinventándola desde la ficción.

Con una prosa marcadamente poética, el planteo literario de Averbach conmueve a través de las voces de los estudiantes inmersos en la investigación, de los familiares que padecieron la pérdida de sus seres queridos y de los jóvenes que como fantasmas transitan y se hacen presentes luego de que su vida les fue cegada.

De esta manera, la escritora conjura la magia de hacernos sentir que el espíritu de un desaparecido vuelve y nos habita. Como el de estos jóvenes asesinados y sepultados en el cementerio de Los Baguales, el pueblo ficticio que remite a Melincué, la localidad santafesina, donde los alumnos de la promoción 2003 de la escuela Pizzurno iniciaron la investigación.

El trabajo de esos estudiantes llegó a organismos de derechos humanos y a partir de la intervención del equipo de Antropología Forense se estableció la identidad de los militantes desaparecidos: la mexicana Cristina Cialceta y el francés Yves Domergue, que vivían en Rosario cuando fueron secuestrados.

"Nos arrastraron hacia el fondo imposible de la muerte y después, cuando ya no éramos, nos metieron en un auto verde, un Ford muy parecido al primero, el que nos arrancó la vida, y nos llevaron lejos. ... "Ningún Nombre": eso dicen las lápidas del cementerio a un costado de un pueblo que, vivos, no caminamos nunca", se lee en el libro editado por Sudamericana.

Con esta novela, Averbach, que es doctora en Letras y traductora, vuelve con su literatura a Santa Fe, la provincia donde pasó sus primeros años de vida, una experiencia que "marcó terriblemente" su obra, según confiesa