MARTES CON MI VIEJO PROFESOR

En la primavera de 1995, el azar se encargó de reunir de nuevo a Mitch Albom, autor de este libro, con Morrie Schwartz, quien había sido su maestro preferido en la universidad.

Martes con mi viejo profesor es el testimonio de este rencuentro y de las lecciones de esperanza, amor y solidaridad humana que Morrie le transmitió en el ocaso de su vida. 

Con más de 7 millones de ejemplares vendidos en 25 países, este profundo, emotivo y vibrante drama de la vida real se ha convertido en una de las grandes sorpresas editoriales de los últimos años.

Es una de esas obras que permanecen en la memoria mucho tiempo después de concluir la lectura.

: “Cuando aprendes a morir, aprendes a vivir”,  entre sus últimos capítulos se encuentra esta reflexión:

“Cada sociedad tiene unos problemas propios. (…) Creo que huir no es la manera. Tienes que trabajar para crearte tu propia cultura.”

“Mira, vivas donde vivas, el defecto mayor que tenemos los seres humanos es que somos cortos de vista. No vemos lo que podríamos ser. Deberíamos estar viviendo nuestras posibilidades, dando de nosotros al máximo hasta llegar a ser todo lo que podemos. Peri si estas rodeado de personas que dicen: “quiero lo mío ya”, al final hay unos pocos que lo tienen todo y unos militares que impiden que los pobres se levanten y se apoderen de ello.”

(…) “El problema, Mitch, es que no creemos que somos tan semejantes como somos en realidad. Los blancos y los negros, los católicos y los protestantes, los hombres y las mujeres. Si nos viésemos más semejantes, podríamos estar muy deseos de unirnos a una gran familia humana de este mundo, y de ocuparnos de esa gran familia del mismo modo que nos ocupamos de la nuestra.

Pero, créeme, cuando te estas muriendo ves que es verdad. Todos tenemos el mismo principio, el nacimiento, y todos tenemos el mismo final, la muerte. Entonces ¿cuán diferentes podemos ser?

Invierte en la familia humana. Invierte en las personas. Construye una pequeña comunidad con los que amas y con los que te aman.

(…) al principio de la vida, cuando somos niños recién nacidos, necesitamos de los demás para sobrevivir, ¿verdad? Y al final de la vida, cuando te pones como yo, necesitas de los demás para sobrevivir, ¿verdad? “

Su voz se redujo a un susurro.

“Pero he aquí el secreto: entre las dos cosas, también necesitamos de los demás.”

Morrie Schwartz

Martes con mi viejo profesor