Un sueño premonitorio le advierte de que su biznieta Andreíta desvelará el secreto familiar guardado con tanto celo durante más de un siglo.
¿Cumplirá Andrea su promesa? ¿Evitará que el misterio salga a la luz?
Esta novela narra la historia de una saga de mujeres intrépidas, marcadas por los designios de sus respectivas épocas, que tienen la fortaleza de lidiar con padres y maridos, con costumbres sociales machistas e intransigentes, con la guerra, la miseria y la enfermedad.
Es también un homenaje a las mujeres que, como Andrea y su abuela, Mamá Justina, transmitieron su legado a las siguientes generaciones para que, por fin, estas fueran libres de desarrollar su potencial.
Un viaje en el tiempo, con variedad de escenarios: la belleza de Sevilla, el esplendor de Baeza, el exotismo de Tanzania y la idiosincrasia de Porto Venere.
Costumbrismo, realismo mágico, misterios y revelaciones, conviven en sus páginas. Una novela acerca del destino que nos forjamos, sorprendente y conmovedora, que a nadie dejará indiferente.
Estamos ante una novela sobre mujeres de diferentes generaciones que tienen mucho más en común de lo que parece. Seguimos a Andrea en su empeño de mantener oculto un misterio que involucra a su abuela, a quien todos llamaban en el pueblo Mamá Justina porque era la comadrona del lugar.
Sobre los personajes que se nos van presentando, es sorprendente cómo cada uno tiene un carácter marcado y fácil de imaginar. Desde la bondad, religiosidad, pero también rectitud de Mamá Justina, hasta la determinación, coraje y fuerza de sus descendientes, pasando por la introvertida Lola (la madre de Andrea), o el desparpajo del Sevillano (el marido de Andrea); pues aunque esta historia vaya sobre mujeres, también se explica la vida de los varones, en especial la de Ramón (padre de Andrea).
A lo largo de la novela, se describen situaciones alegres y dramáticas. Vida y muerte se dan de la mano continuamente en nacimientos y entierros. Me pareció especialmente emotivo el nacimiento de Andreíta, llegando a encogerme el corazón, pues los temores descritos, la presencia de la muerte, los sentí muy reales. Por no hablar de la misteriosa enfermedad de la joven al cumplir los 18 años, momento en el que se palpa la desesperación de la familia, su necesidad de creer en algo, sin saber que la solución está más cerca de lo que creen…
Pilar González combina en La constelación del olvido costumbrismo y magia, envuelto todo en un secreto, un misterio, que dejará al lector en vilo hasta las últimas páginas. La ambientación de la novela que nos lleva a diferentes rincones de Andalucía, exóticos parajes de Tanzania e incluso a la luz de Puerto Venere, me pareció fantástica. Y la forma de hacer avanzar la historia, con sus saltos y sus cambios de voz narrativa, combinando presente y pasado, se hacen muy amenos y llevaderos, gracias en parte al árbol genealógico de Andrea presentado al principio del libro.
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