La democracia no se toca de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama es una obra acerca del papel del INE en el establecimiento y defensa de una verdadera democracia en México: un sistema de gobierno cada vez más representativo de la diversidad de la población, donde los comicios sean limpios y transparentes, llevados a cabo con equidad.
La mejor manera de apreciar y valorar la democracia que hoy se vive en México es preguntarnos qué pasaría si no existiera, si la perdiéramos o si, de plano, nunca hubiéramos podido ejercerla. Vale la pena hacer un ejercicio e imaginar qué pasaría en México si las elecciones se hicieran de manera diferente y no con el conjunto de instituciones, normas y procedimientos que hoy dan certeza, transparencia y claridad a los procesos electorales, y que ayudan a combatir la profunda y arraigada desconfianza hacia las elecciones. Dicho de otro modo, ¿qué pasaría si en México no tuviéramos al Instituto Nacional Electoral (INE) o si las elecciones se realizaran como en otros países, con mayor tradición y lealtad democrática que el nuestro?
Así comienza el libro La democracia no se toca de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, Consejero presidente y Consejero del INE, respectivamente, una obra referenciada como seria y accesible a todo público, con infografías, ilustraciones y relatos acerca del papel del INE en el establecimiento y defensa de una verdadera democracia en México: un sistema de gobierno cada vez más representativo de la diversidad de la población, donde los comicios sean limpios y transparentes, llevados a cabo con equidad.
El libro de Córdova y Murayama responde a interrogantes como: ¿Qué es el INE? ¿Por qué diversos países han buscado aprender de esta institución, fruto de décadas de historia, lucha, acuerdos y exigencias, y que constituye la principal garantía para decir que nuestro país es una democracia? ¿Qué diferencia supone respecto de otros modos de llevar a cabo elecciones? ¿Cómo ha logrado con ello la superación de un mal para el que no parecía haber remedio como la intervención del gobierno en el proceso electoral, ya fuera mediante el uso de recursos públicos o la participación de integrantes del gobierno en la organización de los procesos?
La democracia no se toca es un repaso necesario a las actividades características del INE como órgano único, que ha requerido el trabajo de incontables ciudadanos ajenos al gobierno, lo que asegura que ninguna elección esté dictada de antemano, sea inequitativa o favorezca a nadie. Una de las consignas fundamentales de este libro es «sin INE no hay democracia, sin democracia no hay libertad», no obstante, los autores están conscientes de que el actual sistema tiene puntos que mejorar, pero se trata, en todo caso, de facilitar las operaciones, simplificando procedimientos y volviendo más asequible su funcionamiento, en el entendido de que «siempre se deben preservar las garantías, las certezas y la confianza que ha logrado conquistarse a lo largo del tiempo».
En 240 páginas y nueve apartados, los autores plantean el derecho a ser diferentes y pensar distinto; el camino a la autonomía; el derecho a la identidad y a votar, así como al conteo de votos. Además, la importancia de que el dinero no decida las elecciones; oír a todos sin que intervenga el gobierno; cuidar, contar votos y calificar las elecciones; también cómo salvaguardar la democracia y la libertad. Córdova y Murayama plantean en el epílogo la defensa del INE y en el último apartado (Post scriptum) «Golpe a la Democracia».
En La democracia no se toca hay un mensaje claro: “Si no existiera el INE, careceríamos de la instancia responsable de realizar el conjunto de procedimientos y funciones que forman la base sobre la cual se funda y opera nuestro sistema democrático. Perderlo implicaría perder la confianza política, la certeza de ser y sentirse escuchado en la toma de decisiones; se perdería el ancla de estabilidad política y gobernabilidad, y se abriría la puerta a actos de violencia por parte de «vencedores» y «vencidos», con tal de conseguir el poder. Significaría, simple y sencillamente, alejarnos de la democracia”.