Pepa es una mujer madura en quiebra emocional. Siente que ha malgastado su vida y culpa al mundo de su aparente desgracia. Sola, enfadada y amargada, siente como una herida la felicidad del resto, y para protegerse del dolor no encuentra otra forma que vivir dentro de una coraza que oculta sus verdaderos sentimientos.
Durante unas vacaciones forzosas, Pepa se ve obligada a reflexionar y a tomar consciencia de los errores que la han llevado a estar donde está. Justo cuando comienza a reconciliarse con sus recuerdos, empieza a observar a una chica embarazada que toma el sol a diario en un banco de la misma plaza en la que Pepa pasea a su perro. Esa joven es Crina, que vive una tragedia ante los ojos impasibles de una sociedad que no quiere verla.
Crina llegó a España engañada por su propia pareja, que la vendió a una red de trata de blancas, y ahora esa red planea vender al bebé que espera. Pepa, inmersa en el proceso de rehabilitación de su invalidez emocional, es la única persona que puede ver más allá de lo que se ve, y decide volcarse en ayudar a esa desconocida.
Una novela intensa que nos habla de crecimiento, superación y resiliencia. Que nos muestra la verdad de lo que somos y cómo ayudar a otra persona puede llegar a salvarnos de nosotros mismos. Un canto a la vida y a la fuerza de la solidaridad.
El arranque de la novela es duro, porque dura es la situación que está pasando Pepa. Una mujer con la que podrás o no sentirte identificado pero que la autora consigue que empatices poco a poco con ella.
Si a eso le sumamos la difícil situación de Crina, la primera mitad del libro no es precisamente ese almíbar de los libros de autoayuda que todo parecen verlo muy fácil.
Pero ambos personajes evolucionan y nos animan a evolucionar con ellos, a superar nuestros miedos como ellos parecen estar dispuestos a superar los suyos.
Así que libro de autoayuda no, pero que gracias al dibujo de unos personajes muy realistas y más habituales de lo que nos pudiéramos pensar, algo por otra parte muy habitual en la narrativa de Carmen Amoraga, nos invita a mirar nuestro interior y ver cuánto de esa Pepa hay en nosotros. Tal vez nos llevemos la sorpresa de que hay más de lo que quisiéramos.
Una novela bastante más optimista que otras de la autora, en el que la muerte, aunque está presente, no es el tema central de la novela.