En el campo de batalla de la Revolución Americana, Matthew de Clermont conoce al joven cirujano Marcus MacNeil. Se trata de un momento de cambio y agitación política en el que parece que el mundo está a un paso de un futuro mejor. Y cuando Matthew le ofrece la oportunidad de ser inmortal y liberarse de las restricciones de su entorno, Marcus se lanza sin dudar a la posibilidad de convertirse en vampiro. Pero Matthew está haciendo mucho más que salvar su vida. Le está ofreciendo la oportunidad de vencer al tiempo.
Siglos después, en el Londres actual, Marcus se enamora de Phoebe Taylor, una joven empleada de Sotheby's. Y cuando ella también decide seguir su corazón y convertirse en vampiro, la pareja descubre que los desafíos que esperan a los humanos que desean esta transformación no son menos formidables en el mundo moderno de lo que lo eran que en el siglo XVIII. Las sombras de las que Marcus creía haber escapado tanto tiempo atrás pueden regresar a perseguirlos... para siempre.
Porque la eternidad es el regalo más extraordinario, pero también el más difícil, que uno puede recibir.
En esta ocasión nos encontramos tres subtramas bien diferenciadas. Por un lado, tenemos a Phoebe, una humana que va a ser convertida en vampiro para poder casarse con Marcus, hijo de Matthew. En su parte descubriremos cómo son sus primeros días como renacida, las dificultades a las que se enfrente, miedos, dudas y demás.
Por otro lado, tenemos a Diana y Matthew que están pasando el verano en Les Revenents con sus hijos biológicos y veremos lo difícil que es criar a dos bebés mitad brujo, mitad vampiro, cuando ellos son los primeros de su especie. A las divertidas anécdotas que se suceden en esa casa se les une la llegada de Marcus, impaciente por reunirse con Phoebe, pero a quien no debe ver en 90 días. Para que el tiempo pase más deprisa, Marcus empieza a rememorar su vida y con él nos trasladaremos al siglo XVIII y seremos testigos de hechos históricos como diferentes epidemias de viruela, fiebre amarilla, etc; de la revolución francesa y mucho más.
Saltando de un hilo a otro la autora consigue volver a meternos en este mundo mágico que ha creado. Con las especiales características de sus vampiros tan rigurosos con sus normas y con el protocolo; el fascinante poder de las brujas y con los maravillosos personajes que nos ha regalado.
En cuanto al estilo narrativo la autora tiene su marca personal que es la de no escatimar en palabras y descripciones. A mí, personalmente, me gustan los textos descriptivos cuando están bien escritos y en este caso lo están. Sí que es cierto que en esta entrega he echado de menos más magia. De los tres hilos argumentales dos están protagonizados por vampiros, salvo esa característica no hay ningún otro elemento más de fantasía. Mientras que, obviamente, donde es Diana la protagonista hay más magia.
Por ese motivo, yo diría que la parte histórica y narrativa prevalece sobre la fantástica, esto no es malo, pero es algo a tener en cuenta por las personas que van buscando una historia de fantasía.
Deborah Harkness es profesora de historia y eso se nota en el trabajo de documentación y en las partes del pasado donde se aprecia una ambientación conseguida al detalle.