Desde el primer capítulo intercala en cortos subcapítulos la presentación de los diferentes personajes, a los que iremos situando geográficamente y conociendo la relación entre ellos. Esta estructura engancha a la lectura desde la primera línea, haciendo la lectura ágil y dejando con ganas de saber como va a continuar la historia de cada uno.
Basada en un hecho real de la historia de España de principios del siglo XX, como fue la existencia de la Oficina Pro-Cautivos, creada por el rey Alfonso XIII, con los objetivos de: ayudar a las víctimas de la Primera Guerra Mundial, a los prisioneros y familias, a los más necesitados, a los que habían perdido su casa y no encontraban a sus hijos, a sus padres, a sus hermanos. Marcando como prioridad que todas las peticiones se tendrían en cuenta y no se dejaría a nadie sin respuesta.
Este relato supone que haya personajes, así como datos, tanto reales como ficticios. Y entre esa diversificación está representada casi toda la sociedad, pues aparecen distintas clases sociales, políticas y procedencias, destacando entre otros:
Blanca Alerces, que es aristócrata, pero sobre todo una mujer adelantada a su época, que hace lo que tiene que hacer, y desea tomar el control de su vida, además de defender los derechos de la mujer.
Manuel, que es anarquista, y como paradoja trabaja para Alfonso XIII. Además se vuelca en ayudar a los demás, en barrios muy pobres como Las Injurias en Madrid.
Álvaro Giner, que fue médico militar, y ahora es nombrado director de la oficina Pro-Cautivos por el propio Rey, del cual es muy amigo.
Gonzalo, hijo de militar, hermano de la mejor amiga de Blanca, es homosexual, y quiere ser periodista en lugar de estudiar Derecho como marca la tradición.
Frank, es un alemán que estando de paso en Madrid se convierte en la pareja de Gonzalo. Su país lo llamará a filas.
Jean Marie, es un pintor francés que vive en Andalucía, y tiene una relación con Carmen, gitana. También su país lo llamará a filas.
Gavrilo, es un personaje real, es el serbio que atentó contra el archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, hecho que originó la Primera Guerra Mundial.
Y como es lógico Alfonso XIII, del que nos da una visión cercana y borbónica.
En conjunto es una narración llena de casualidades, porque como llega a decir en la misma “éstas existen”, llevando a encuentros en lugares lejanos y a la interrelación de algunos personajes y sus vidas. Porque desde el comienzo vamos a seguir los pasos de cada uno, menos de Gavrilo. Lo que me ha llamado la atención, y me parece que lo poco que conoceremos de él es más como una nota informativa para saber como empezó la Gran Guerra. También resulta llamativa la crítica a la Función Pública, a la lentitud de la burocracia, haciendo referencia a que siempre ha sido así, pues ya se refirió a ello Mariano José de Larra con su “Vuelva usted mañana”. Pero lo que destaca por encima de todo es el recordatorio a la Oficina Pro-Cautivos, al trabajo que se realizó desde allí, mientras media Europa estaba en guerra, ahora hace 100 años.
Algunas frases del libro:
“Es más difícil mantener la paz en casa que en Europa.”
“Los corresponsales que los periódicos han enviado al frente no hablan sólo de batallas y soldados muertos, también de pueblos abandonados y destruidos, de miles de personas huyendo desesperadas por los caminos para alejarse del frente con todo lo que han logrado salvar a cuestas, de niños huérfanos perdidos, vagando de un lado a otro en busca de comida...”
“Somos neutrales, pero en ningún caso podemos ser indiferentes. Tenemos que ayudar en lo que podamos. Conseguir acuerdos entre los países para no atacar a la población civil, a las ambulancias...”
“La vida es una fuente inagotable de sorpresas.”
“Hay mucho más que contar de la guerra en las lágrimas de una joven que ve partir a su novio hacia el frente que en el movimiento de cien mil hombres de un frente a otro.”