Más de una vez la Biblia afirma que este mundo está dominado por Satán. Pues bien, este gobierno se ejerce a través de un sistema, en cuya cúspide reinan familias poderosas. Ellas detentan el poder mundano, que constituye el reino de Satán, el Portador de la Luz, la Estrella de la Mañana, también conocido como Lucifer.
Sí. Hay una conspiración satánica, de gran magnitud, que ha dominado el mundo, y a EEUU, desde el principio.
General attorney (Fiscal General del Estado, Ministro de justicia) es una posición típica de un satanista. CEOs, embajadores, secretarios de Estado, senadores, congresistas, académicos, obispos mormones, agentes del FBI, productores de cine, jueces, banqueros, Caballeros de Malta, diplomáticos, miembros del Bohemian Club, científicos de la NASA, editores de publicaciones importantes y presentadores de tv, ejecutivos petroleros y cada líder de los dos bandos en pugna en una guerra. Las personas en los puestos relevantes y jerárquicos de todas las organizaciones poderosas tienen vínculos de sangre con las familias Illuminatis o son agentes de estos maestros titiriteros.
A los agentes eficaces, ambiciosos, corruptos y carentes de cualquier tipo de moral, aquellos dispuestos a hacer cualquier cosa por una cuota de poder, se les conceden poder y riquezas. En cambio se aniquila a quien posea o alcance poder o riqueza de forma independiente. Un ejemplo fueron los Romanov en Rusia. Si un rey de una nación como Nepal se niega a someterse, perderá su poder a través de invasión o revolución.
En la cúspide del poder todo se conecta. Disney y la CIA, la mafia, la new age y la Coca Cola, compañías petroleras, la Reserva Federal y productoras de cine, famosos y antiguas universidades. Ninguna institución u organización opera con independencia de este sistema. Todas están infiltradas y controladas. Especialmente las iglesias. El deep state dirige las actividades criminales, la CIA está involucrada en tráfico de drogas, de armas y humano, y en la producción de pornografía infantil. Senadores y presidentes violan niños y poseen esclavos sexuales. Congresistas que votan a favor de asignar recursos a la NASA saben que serán empleados en estas actividades. George Bush es un pedófilo y Bill y Hillary trafican cocaína.
Aquellos que están familiarizados con lo oculto saben que los más selectos eventos sociales son coberturas para rituales satánicos que se llevan a cabo en secreto.
Todo trabaja para el mismo orden, aunque sólo quienes son admitidos en la cúpula del poder llegan a conocer la verdad. Los miembros en puestos inferiores de estas organizaciones que rigen los Illuminatis saben sólo lo que necesitan saber. Sólo necesitan ser funcionales mientras practican el mal por ambición o pura satisfacción.
El ingrediente básico de los niveles inferiores es la lealtad hacia sus superiores que conservar para participar de organizaciones de la élite.
Las bases viven en la ignorancia. Los masones de nivel inferior no saben que están apoyando una organización dirigida por satanistas en la cima. Los Illuminati no son simplemente masones, sino masones del grado 32 o 33. Les pasó igual a los Illuminati bávaros. El proceso de corrupción fue gradual y los niveles inferiores no tenían idea en qué estaban realmente involucrados.