España prefirió a ese monstruo llamado Fernando VII. Yo admiro el sentimiento de insensato honor que inflama a los bravos españoles, pero ¡qué diferencia para su felicidad si, desde 1808, hubieran sido gobernados por el prudente José y por su constitución!. Stendhal
José Napoleón I, rey de España de 1808 a 1813, fue apodado «el Intruso» o más injustamente «Pepe Botella». La realidad biográfica de este monarca ha quedado oculta bajo el peso de su leyenda negra, creada por los partidarios de Fernando VII y avivada por la historiografía posterior.
Sin embargo, la vida de José Bonaparte fascinó a media Europa. Participó en la Revolución francesa, se convirtió en diputado, senador, ministro y embajador, primero de la República y después del imperio creado por su hermano —del que era sucesor—, y finalmente fue coronado por Napoleón rey de Nápoles, donde se le aceptó como a un gran monarca y en 1808 rey de España. Expulsado de un reino que nunca le quiso, y tras la caída definitiva de su hermano, partiría al exilio en Estados Unidos, donde se convertiría en un ferviente admirador de la democracia.
El primer rey «constitucional» de nuestra historia que quiso poner remedio a l
os «males» de la nación con su fe en el progreso y la libertad.
Para ello no dudó en luchar contra viento y marea por una causa imposible: una utopía de carácter republicano que fracasó en parte por la Guerra de la Independencia y el afán de poder de los generales del emperador. Pero en la historia los hechos no suceden en vano y, en el caso de España, el reinado de José Napoleón I fue realmente trascendente.
Manuel Moreno Alonso, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, nos presenta la primera biografía completa de este rey escrita por un español. Una visión que arroja nueva luz —sin obviar las justas sombras— sobre un personaje.