Sissi se convirtió con el tiempo en un icono, pero su verdadera personalidad no siempre se ha contado bien: ni amó a su esposo, ni se instaló en Madeira por un problema de pulmones, ni acabó yéndose a destinos lejanos para huir de la asfixiante corte de Viena. Durante años se ha perpetuado una visión fantasiosa que negaba a la auténtica Elisabeth, una mujer a contracorriente, rebelde, fascinante y compleja. Muy avanzada a su época, se enfrentó a su propio marido y su vida sexual fue mucho más pasional e intensa de lo que se creía. Sufrió con desgarro y padeció agudos problemas de salud, con una anorexia que nunca superaría y gravísimas depresiones.
Durante décadas, Sissi ha vivido entre mitos, pero ha llegado la hora de desvelar sus más profundos secretos.