Llega la brillante conclusión de la saga La mansión, la exitosa nueva trilogía de la autora de La villa de las telas. La calma ha llegado lentamente a la mansión. Franziska se ha reencontrado con su antiguo hogar y con su gran amor, Walter.
Su nieta, Jenny, está luchando para construir un futuro en la propiedad de la familia y se siente dichosa al lado de Uli. Pero, desafortunadamente, no todo es color de rosa: el restaurante recién inaugurado no acaba de funcionar y un hallazgo durante los trabajos de construcción en el sótano vuelve a sacudir los recuerdos de los Von Dranitz. Franziska teme que tenga algo que ver con su hermana.
Y se pregunta: ¿su pasado nunca la dejará ser feliz? La mansión ha marcado la historia y el futuro de la familia Von Dranitz. Pero ¿es finalmente el momento de dejar atrás el pasado?
En esta ocasión las cosas no cambian mucho en un principio, continuan arrastrando los problemas que tenían ya en el primer libro, pero ahora las relaciones entre ellos son mejores y más cercanas.
Continuamos con los problemas de dinero, con las obras que no se acaban, que no levantan cabeza económicamente, ya no solo las Dranitz, si no las personas que están a su alrededor también tienen problemas económicos y que también afectan a la familia.
Por supuesto, tenemos los problemas sentimentales y con las relaciones familiares.
En este libro conocemos mejor a Sonja, nos habla de cosas de su pasado que no conocíamos. Y los protagonistas están extrañamente nostálgicos, quizá sea porque la mayoría de los personajes son bastante mayores o por las ruinas en el sótano, las perdidas o a saber. También maduran y van cambiando los intereses de los más jóvenes.
Los capítulos que tratan del pasado no tienen que ver con los personajes. Además esa rama rompe mucho el ritmo de lectura y una vez que llegas a ese capítulo puedes buscar el resto y leértelos todos juntos porque no hay mucha relación, ni un secreto ni nada demasiado interesante con la parte actual de la novela, así que no te haces spoiler si lo lees todo seguido.
Tiene momentos muy interesantes, sobre todo cuando se trata de Jenny y Ulli, también la vida de Sonja y su forma de proceder en la actualidad es muy interesante. Se lee bien y hay momentos que enganchan y entretienen, pero aun así me pareció un poco más flojo que los anteriores. En parte creo que es por la historia del pasado que no nos aporta nada nuevo a las relaciones de la actualidad.
El final no es malo, pero va perdiendo intensidad, como si se fuese alejando poco a poco de nosotros. Es un buen final, donde todo parece estar solucionado.
Este libro es el que menos me ha gustado de los tres ya que me esperaba más. Aquí seguimos viendo como van avanzando las obras de la mansión de la baronesa. En el lugar donde quieren realizar el balneario, hallan algo que no les permite seguir con la obra. A raíz de este descubrimiento, la autora, en algunos capítulos, da saltos al pasado para que veamos la historia de por qué eso se encuentra ahí. La historia en sí, me ha gustado, pero no le encuentro mucho sentido para meterla en la trama aunque lo explique todo muy bien.
La autora sigue en su misma línea que los otros dos libros en la forma de contar la historia y en cada detalle. Los personajes tienen mucha evolución y otros comienzan a tener más presencia.
Me gusta como la autora te mete dentro de la vida de estos personajes, es un libro que tiene trama y giros que nos esperas. Pero el final, se me ha quedado muy corto y esperaba más.