Año 2000, Jaya trabaja como periodista, es muy habitual sus entradas en foros y blogs donde plasma todo aquello que le resulta interesante, su calidad literaria es magnífica o al menos así siempre se lo ha dicho Patrick, su marido. Para ella escribir es parte de su entidad, siempre ha sabido que dedicaría a ello, aunque su padre no estuviera tan de acuerdo, porque su sueño siempre fue que siguiera la estela familiar y se convirtiera en una excelente médico.
La relación de Jaya con sus padres no es la más idílica, especialmente con su madre de la que nunca ha recibido una muestra de cariño o amor, sus besos eran escasos incluso siendo una niña. Jaya nunca entendió el por qué y se hizo una promesa así misma, y es que daría todo el amor que ella no tuvo a sus hijos, pero esa promesa nunca se ha podido cumplir. Jaya ha tenido numerosos embarazos pero ninguno llegó a “buen puerto”, esa desilusión le quemaba por dentro, provocando también la separación con Patrick.
Necesitaba distancia, alejarse de su casa, de ese lugar que le recordaba tan duros momentos. Por ello decidió ir a hacer una pequeña visita a sus padres, nada más llegar le preguntaron por Patrick y ella se quedó callada, él había sido el hijo que nunca habían tenido por lo que le daba miedo decirle la verdad. Fruto del destino, estando ella allí recibió una carta dirigida a Lena, su madre en la cual le decían que Deepak estaba enfermo y que quería despedirse de ella, Lena leyó esa carta pero hizo caso omiso, aquel hombre era su padre, pero nunca se había comportado como tal y ahora no era el momento de arreglar guerras pendientes.
Pero para Jaya esa carta fue una auténtica revelación, apenas sabía que tenía familia materna. Y ella sí que quería saber que querían contarle a su madre, esa historia también formaba parte de ella y no le importaba viajar a la India para saber quién era ella realmente. Ese viaje supondría un antes y un después en su vida, sería un punto de partida en su nueva andadura.
El calor, la humedad, el ruido eran tres de las características habituales en la India, Jaya no sabía realmente donde tenía que ir lo que no suponía es que el bello lugar donde la llevó el taxi sería parte de su historia. Nada más bajar del coche allí la estaba esperando Ravi, el guardián de aquella inmensa casa y quién sería el principal aliado en contarle todo lo ocurrido hacía 50 años.
Ese hombre ahora con rasgos propios de la vejez, sería una parte elemental en la historia. Él fue el encargado de comunicarle la noticia a Jaya del fallecimiento de su abuelo Deepak, esa noticia apenas la impactó, ella no había tenido ningún trato con él, es más, hasta hace tan solo unos días no sabía de su existencia. Otro de los encargos que tenía Ravi para Jaya era contarle que todo aquello que veía era de su madre, Jaya se quedó petrificada con la noticia y más aun cuando le dijo que su madre había renunciado, y es que Lena no quería saber nada de lo que allí tuviera lugar.
Pero ahora le tocaba el turno a Ravi, él se encargaría de explicarle quién era Amisha, la abuela de Jaya y sin duda alguna su gran confidente y la protagonista de este bella historia. Ella rompió los moldes de una época y de una cultura, ella se negaba a ser alguien corriente y así hizo porque para todos sería alguien inigualable e insustituible, ella era la verdadera Contadora de historias, y ahora todos su secretos serían sacados a la luz.
1940, a Amisha ya le tenían el futuro programado. Su familia política pagaría una buena dote por ella y se casaría con Deepak. El momento de su boda fue cuando conoció a su prometido, con él compartió alguna que otra mirada, desde ese instante ya se percibía que ella no era una chica convencional.
Ella no se encontraba a disgusto estando en su nueva casa, no era tan malo como pensaba. En poco tiempo se quedó embarazada y tuvo a 3 niños. Eso era perfecto porque significaba que el linaje iba a continuar por lo que la dote que pagaron por ella ya estaba aprovechada. Con Deepak apenas tenía contacto porque siempre estaba de viaje, eso también le permitía ser más independiente.
Si había algo que tildaba el carácter de ella era su espontaneidad, es así como conoció Ravi, un niño apodado como intocable, pertenecía a la escoria de raza, pero eso a ella le daba igual. Ella creía en la inocencia de las personas, en que todos eran iguales y ese humilde niño la culminó de cariño y entrega hasta el último día. Tal era la actitud de ella que quería enseñar a sus hijos en que los hombre y las mujeres eran iguales, una actitud muy positiva pero reacia si nos detenemos en el año y en la cultura que se estaba diciendo.
En una de las conversaciones que tuvo con su hijo Jay le surgió la idea de aprender a escribir en inglés, ella era una gran narradora pero nunca había desarrollado sus aptitudes, ¿pero quién le enseñaría? La respuesta era sencilla lo haría Stephen, un profesor que daba clases en un aula cercana a su domicilio, pero ella no solo sería alumna y es que también se convertiría en docente, tenía mucho que aportar.
Desde el instante que ella entró en el colegio todo su mundo cambiaría, pero las consecuencias de todo lo que hizo dejaron una huella importante, y es que aun tras más de 40 años de su muerte se sigue hablando de Amisha, una pequeña parte de su alma estaba en el interior de Jaya. Esta es la historia de dos mujeres valientes y decididas a cambiar su mundo.
Historias paralelas envueltas en diferentes años son mis lecturas predeterminadas, no me canso de leerlas y es que tienen un magnetismo que la hacen especial es por eso que me llamó especialmente la atención El secreto de la contadora de historias, una novela que te envuelve bajo ese halo de escepticismo lleno de matices culturales y un aroma de misterio. Nada más leer un poco el principio la historia se desenvuelve con frescura, te da tintes que parecen compartir una dosis de realidad y ficción pero muy bien hilada.
Poco a poco mi interés por la lectura se hace mayor, quiero descubrir quién es realmente Amisha y es que para mí es la auténtica protagonista de la novela, aunque comparte posición Ravi, ese viejo ayudante que es quien más sabe de todo lo ocurrido en el pasado. Sigues leyendo y el interés se hace más evidente pero llega un momento de la novela que aunque está perfectamente narrado ya sabes como va a finalizar, el secreto no es tanto como parecía en un primer momento, te deja con una sensación agridulce porque esperas mucho más de ella y es que Amisha lo merecía.
Sin embargo, no puedo decir que sea un mal libro, es una novela donde el perdón está por encima del amor “romántico”, es una búsqueda de sí mismo envuelta en una historia de fantasía. Hay personajes en los que me hubiera gustado que profundizara como son los hijos de Amisha o Deepak, personas significantes para darle sentido a la n
ovela y en los que apenas recae.
Creo que es una historia muy generalista donde pequeños matices hubieran hecho de ella algo más cuidado, el último tramo de la novela me ha parecido muy precipitado y te lleva a un final bien resuelto con todo perfectamente concluido pero muy abrupto. Después de dejarte llevar por ese mundo tan atípico no me esperaba que al final se concluyera con lo más evidente, dejando a parte del elenco como meros figurentes.
En definitiva, una novela con luces y sombras pero ideal para desconectar, no me ha decepcionado pero sí de la que tenía otra perspectiva.