Aunque los medios de comunicación tiendan a presentar a Trump como una ominosa anomalía en la historia de Estados Unidos, lo cierto es que no lo es en absoluto. De hecho, comparte con sus predecesores una parte sustancial de los bienes —o de los males— que habitualmente se consideran patrimonio suyo. No ha sido el primer presidente de Estados Unidos en ganar unas elecciones que, según los medios de comunicación y las empresas de encuestas, era imposible que perdiera su rival.
Ya lo hizo Harry Truman en 1948. Tampoco ha sido el primer presidente populista, pues antes que él lo fueron Andrew Jackson en el siglo XIX y Theodore Roosevelt en el siglo XX. Ni ha sido el primero en proponer una política económica proteccionista. Abraham Lincoln impuso unos aranceles muy altos para fomentar la industria durante la guerra civil. Ni siquiera ha sido Trump el primer presidente a quien han acusado de mantener relaciones siniestras con Moscú. A John Quincy Adams se le denunció por haber vendido a una joven norteamericana al zar de Rusia. Aunando el rigor de los libros más académicos y la pulcra llaneza de los buenos libros divulgativos.
Los césares del imperio americano nos acerca a la historia de Estados Unidos a través de sus 45 presidentes y sus 58 elecciones presidenciales, y se erige en una guía tan imprescindible como entretenida para conocer la nación más poderosa e imitada de nuestra época.
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