Acusada del asesinato de seiscientas cincuenta jóvenes, Erzsebét Bathory es una de las criminales más siniestras de la Historia.
En su castillo de los Cárpatos, a finales de siglo XVII, la condesa se cierne sobre sus víctimas para desangrarlas y conservar su juventud. Su leyenda maldita y fascinante pervive en el tiempo.
La condesa sangrienta es una de las composiciones clave de Alejandra Pizarnik, sus páginas construyen un retrato perturbador del sadismo y la locura que las estampas del artista Santiago Caruso recrea con admirable maestría.
El relato, mezcla de narrativa, ensayo y prosa poética, cuenta con una introducción y once capítulos. En la introducción, Pizarnik, desde su voz como autora, nos acerca al trabajo de Penrose sobre la condesa, alabando su capacidad de centrarse en lo que llama la "belleza convulsiva" de este personaje y de apartar la perversión sexual y la demencia como centro evidente de la historia.
El resto de los capítulos podrían dividirse en dos partes según su contenido temático. Los cuatro primeros capítulos son descripciones de distintos métodos de tortura empleados por la condesa ("La virgen de hierro", "Muerte por agua", "La jaula mortal", "Torturas clásicas"). Estos capítulos cuentan con descripciones extremadamente grotescas e impactantes que conforman imágenes de gran carga simbólica y poética, aunque la autora no se para a desarrollarlos sino que nacen de la propia carga simbólica del personaje: "[...] quien, al retroceder -y he aquí la gracia de la jaula-, se clava por sí misma los filosos aceros mientras su sangre mana sobre la mujer pálida que la recibe impasible [...]. Ha habido dos metamorfosis: su vestido blanco ahora es rojo y donde hubo una muchacha hay un cadáver."
La simbología poética no se exprime aunque su presencia es continua, pero sí se aprovecha esta simbología para desarrollar una serie de reflexiones en tono ensayístico (que a través de la voz de Pizarnik se convierte inevitablemente en poético) sobre la personalidad de la condesa que son lo único que hacen de este relato algo más que una recopilación de hechos y descripciones sin valor al introducir el punto de vista de la autora y trascendiendo con ello la historia de la condesa como una crónica.
"Desnudar es propio de la Muerte. También lo es la incesante contemplación de las criaturas por ella desposeídas. Pero hay más: el desfallecimiento sexual nos obliga a gestos y expresiones del morir (jadeos y estertores como de agonía; lamentos y quejidos arrancados por el paroxismo). Si el acto sexual implica una suerte de muerte, Erzébet Báthory necesitaba de la muerte visible, elemental, grosera, para poder, a su vez, morir de esa muerte figurada que viene a ser el orgasmo. [...] Nunca nadie no quiso de tal modo envejecer. Por eso, tal vez, representaba y encarnaba a la Muerte. Porque, ¿cómo ha de morir la Muerte?
Los siete capítulos restantes desarrollan la historia de la condesa diacrónicamente, comenzando por el nombre Bathory y su ascendencia hasta terminar con la condena que finalmente recibió por sus crímenes. Los capítulos son los siguientes:
- "La fuerza de un nombre", sobre la inclinación violenta y lujuriosa de la familia y el aislamiento de la condesa Erzébet al sucederse la muerte prematura del resto de sus parientes violentos.
- "Un marido guerrero", sobre cuando Erzébet se casó con Ferencz Nadasdy. Durante el casamiento, la condesa nunca llegó a cometer el asesinato, pero ya se servía de la tortura para calmar sus dolores y migrañas.
- "El espejo de la melancolía", capítulo esencial en la comprensión del personaje (o del punto de vista de la autora sobre él). Es el capítulo más reflexivo y poético.
- "Magia negra", sobre su obsesión de mantenerse joven y de los conjuros que realizaba. Al conocer a la vieja hechicera Darvulia, se inicia en el asesinato.
- "Baños de sangre", sobre los baños de sangre que se daba para evitar la vejez, que finalmente acabó por llegar, y su intento último de salvarse bañándose en sangre de muchachas aristócratas.
- "Castillo de Csejthe", sobre su residencia con veinticinco muchachas que fueron asesinadas y su cotidianidad en el castillo.
- "Medidas severas", sobre la decisión del rey de actuar y la posterior condena de la condesa, aislada y encerrada en su aposento durante tres años, hasta su muerte.
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