¿Cómo se puede seguir adelante en la vida sin la compañía de una madre? ¿Qué nos habría gustado que nos hubiese dicho antes de marcharse? ¿Y qué nos gustaría contar a nuestras hijas?
Cuando Bárbara se da cuenta de que se le acaba el tiempo, decide escribir una carta a cada una de sus cuatro hijas, sabiendo que en el futuro todas deberán enfrentarse a situaciones difíciles sin tenerla a su lado.
Pero ¿cómo van a arreglárselas sin ella cuando todavía tienen tanto que aprender? Por ejemplo, su hija mayor, Lisa, va camino de los cuarenta y es incapaz de comprometerse. Por no hablar de Jennifer, atrapada en un matrimonio convencional y tan contenida que parece a punto de estallar; o de Amanda, siempre de viaje, intentando poner kilómetros entre ella y sus hermanas, a las que adora sin saberlo; o, por último, de Hannah, todavía una adolescente y obligada a despedirse de la madre a la que tanto quiere.
Cuando lean las cartas de Bárbara, las cuatro hermanas aprenderán a soportar el dolor de su pérdida. Pero ¿podrán también aprender a tomar sus propias decisiones?
Una novela sobre la familia, la amistad, las increíbles oportunidades que ofrece la vida y, por supuesto, sobre madres e hijas, cualesquiera que sea su relación.
Los mensajes que deja Bárbara en su diario y en sus cartas no son nuevos, pero su voz genuina y directa es un hermoso complemento a las historias de sus cuatro hijas y a cómo éstas afrontan su pérdida.
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