Soy Gala Placidia, la emperatriz de los destinos de Roma, así me llaman. Y hoy he sobrevivido una vez más.
En el umbral del fin del mundo conocido para los romanos, una mujer brilla por derecho propio mientras todo se derrumba a su alrededor: Gala Placidia, una de las figuras más enigmáticas y atractivas de todas las épocas.
En pleno siglo v, Constantinopla y Roma se disputan ser el centro del Imperio, pero los dos hijos varones de Teodosio son incapaces de igualar la grandeza de su padre. Solo Gala Placidia, la hija que el emperador tuvo al final de su vida, está dotada de la inteligencia y fuerza necesarias para conseguir sus propósitos en el complicado entresijo de las relaciones imperiales y los tiempos oscuros del asedio de los godos y la caída del Imperio de Occidente.
Magdalena Lasala recrea de forma excepcional la personalidad de una mujer decisiva pero incomprendida por la historia, que supo trascender a su propio destino como princesa imperial para decidir sobre su vida, sus deseos y sus intereses, con un poderoso talento y una sola arma: ser fiel a sí misma.
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