Una terapeuta que tiene la firme convicción de que las heridas empiezan a sanar en la medida en que se liberan del silencio, reúne a nueve mujeres muy distintas entre sí con la finalidad de que todas compartan sus historias. Sin importar clase social, edad, profesión, apariencia, todas cargan sobre sus hombros el peso del miedo, la soledad, las dudas y las inseguridades.
A veces, ante un pasado que, como sísifo, llevan a cuestas; otras, se contemplan ante el espejo del presente que parece lejano de aquel que siempre desearon. O bien, insisten en fijar la mirada emocional en un futuro que, de tan incierto, parece encerrar la soledad y el vacío.
Ante las presiones sociales, se enfrentan a cargas autoimpuestas o a las mismas convenciones de un mundo salvaje, pero, entre más se van abriendo, más se van dando cuenta de que la única manera de deshacerse de todo el peso es tomando las riendas conscientes de que al final vence el coraje.
La historia: Francisca, Mané, Juana, Simona, Leyla, Luisa, Guadalupe, Andrea y Ana Rosa son 9 mujeres que tienen en común el ser atendidas por Natasha, una psicóloga rusa que las ha reunido a todas para que cada una cuente su historia, y quizás así, oyendo las penas de otras, confesando sus propios miedos y errores y aceptando sus circunstancias actuales, puedan entonces dejar atrás el pasado y vivir su vida a plenitud.
En principio no sabía como iba a ser el formato de la historia. Si iban a ser historias absolutamente individuales, o si iba a haber una historia en común entre estas 10 mujeres que implicara algo más que sus historias personales.
Con un prólogo, 10 capítulos extensos y un epílogo, este libro nos permite adentrarnos en la vida de estas diez mujeres, escuchando a través de ellas mismas sus historias personales.
Dado este formato, pensé que podría leerme una o dos historias por día, y alternar con otros libros, pero de repente me encontré totalmente sumergida en la vida de estas mujeres. La narrativa de Serrano es muy ligera, a pesar de ser historias muy densas. Y no importaba que terminando el capítulo, no volviera a saber más sobre la mujer acerca de la cual acababa de leer. Sólo necesitaba seguir leyendo y sumergirme en la historia de otra más.
Y es que, independientemente de sus circunstancias actuales (posición social, edad o religión), todas ellas traen un pasado que las atormenta cada tanto o cada mucho, y que las ha llevado justo a tomar terapia con esta psicologa, que tiene la firme idea de que podrán superar más su situación si se conocen entre ellas y saben las historias de las otras.
"«...y así seguimos remando contra la corriente, empujados sin pausa hacia el pasado. Es una imagen maravillosa, que representa la condición humana. El pasado es un refugio seguro, una tentación constante y, sin embargo, el futuro es el único sitio donde podemos ir»."
Acerca de cada historia, poco puedo decir sin soltar a quemarropa los spoilers que arruinen los cortos capítulos.
Lo que sí, es que son mujeres tan distintas y tan parecidas a la vez, que quizás por eso, escucharse a sí mismas fuera la mejor terapia.
Francisca es una mujer acomodada de clase media con un trabajo y una familia estable, que tiene una muy mala relación con su madre.
Mané es una ex-actriz mayor que vive al día y que aún no supera sus fracasos y no deja ir las ilusiones de su pasado.
Juana es una mujer alegre, madre soltera, hija de una madre soltera, que tiene que lidiar con las enfermedades de su madre y de su hija y que la hacen sentir muy cansada.
Simona es una mujer que luchadora por causas sociales que lo tuvo todo y que cayó en una depresión por la relación de amor-odio con su marido.
Layla es una mujer alcohólica, con falta de identidad sobre su origen. Periodista que se aventura en medio oriente en busca de su pasado.
Luisa es una mujer de campo, cuyo marido despareció hace tiempo. Es luchona y a pesar de las adversidades, siempre supo adaptarse a las circunstancias.
Guadalupe es una mujer joven, declarada lesbiana, muy inteligente, pero autodestructiva. Rebelde y en la eterna búsqueda de una relación estable.
Andrea es una mujer enojada con el mundo a la que le cuesta reconocerse fuera de su personaje como periodista de televisión. Vive huyendo de si misma y de los demás.
Ana Rosa es una mujer común, con un trabajo común y una vida cotidiana, pero con un pasado trágico y un episodio doloroso desde su niñez.
Natasha es una mujer que ha decidido reunirlas, para que todas se abran, cuenten su historia, saquen su dolor, su cansancio, su frustración, pero sobre todo para que se escuchen.
"Al final, se dice, alejándose de la ventana, de un modo u otro, todas tenemos la misma historia que contar"
Y al final, aunque cada historia tiene su peculiaridad, su intensidad y sus sinsabores y delicias, lo que me queda es que más allá de la individualidad en el formato, el conocer todas las historias, permite al mismo tiempo discernir los problemas reales de cada una, y aquellos que quizás solo puedan ser mero inconveniente.
No minimizo ninguna historia, pero creo que cada una de ellas pudo apreciarlo así. Y también, aunque parezca raro, me queda claro el orden. Justo la última historia, antes de la terapeuta, es una de las que más me llegó, pese a la indiferencia con la cual inició.
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