Por primera vez Andrea Camilleri, el escritor más popular de Italia y uno de los más leídos de Europa, ha escrito un libro sobre la mafia, un tema que de forma explícita había dejado hasta ahora al margen de su obra.
En abril de 2006 se produjo en Italia una detención de enorme trascendencia en la lucha contra el crimen organizado. Bernardo Provenzano, el capo supremo de la Cosa Nostra, que llevaba cuarenta y tres años eludiendo la justicia, fue apresado en una mísera casa de campo en Montagna dei Cavalli, en las afueras de Corleone.
Entre otras cosas, la policía descubrió entonces el sistema con el que Provenzano había dirigido la mafia siciliana, un sistema tan sencillo y eficiente como seguro basado en los pizzini, unos mensajes cifrados y mecanografiados que sus familiares y cómplices se encargaban de entregar en mano a sus destinatarios.
Entre otras cosas, la policía descubrió entonces el sistema con el que Provenzano había dirigido la mafia siciliana, un sistema tan sencillo y eficiente como seguro basado en los pizzini, unos mensajes cifrados y mecanografiados que sus familiares y cómplices se encargaban de entregar en mano a sus destinatarios.
Mediante el análisis de los pizzini, Camilleri ha elaborado una suerte de diccionario de términos mafiosos. En él, desentraña el complejo mundo de la mafia siciliana y hace un brillante retrato de la organización, del escurridizo Provenzano y de su apasionante captura. Y pese a la gravedad del tema tratado, no puede evitar intercalar anécdotas jugosas y hacer gala de su habitual socarronería.
Andrea Camilleri dispuso que los beneficios de los derechos de autor derivados de la venta de este libro —que permanece en las listas de los más vendidos desde su publicación en Italia— se donen a la Fundación de los Funcionarios de Policía para los hijos de las víctimas caídas en acto de servicio.
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