El día en que Rose y Rachel nacieron se produjo un incendio en el hospital. El accidente fue aprovechado por Sylvie, madre de Rose, para sustituir a su hija -fruto de una relación adúltera y sin ningún parecido con sus supuestos antecesores- por Rachel, hija de su compañera de habitación, que resultó muerta en el incendio.
El cambio condenó a Rose a la pobreza, mientras que Rachel se vio favorecida con una familia acomodada y cariñosa. Los hilos del destino, sin embargo, entretejerán las vidas de las dos hijas de Sylvie, tanto en el aspecto amoroso como en el profesional.
Y ello sucederá cuando Rose empiece a reflexionar sobre las oscuridades de su pasado… Tenían en común algo más que el día y el lugar de nacimiento: se habían convertido en hijas de la misma mujer y el destino se empeñará en unirlas
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